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El histórico Bar Pinotxo baja la persiana después de casi cien años abierto y cuatro generaciones al frente del local dentro del Mercado de la Boquería. Aunque el lunes es un día normal de descanso de las paradas del mercado, el bar no ha vuelto a abrir y, de momento, no se sabe la fecha concreta de cuando lo volverá a hacer.
La pérdida de Pinotxo, en la Boqueria desde 1940, es un elemento de empobrecimiento gastronómico con un elemento cotidiano muy sentimental: adiós a ese magnífico capipota, a esos garbanzos con butifarra negra, a esos desayunos de croissant planchado y cortado perfecto. Adiós a un punto de buena cocina catalana en el centro de Barcelona.
Según ha avanzado Betevé, los nuevos propietarios son los mismos que tienen el Bar central, un local también dentro de la Boqueria. Como ha expresado Òscar Ubilde, el gerente del mercado, les gustaría que los nuevos dueños mantuvieran el nombre del emblemático bar, aunque estos aún no han confirmado si lo harán o no. Lo que sí se sabe seguro es que el menú y los precios serán prácticamente los mismos, así como la ubicación dentro del mercado, conservando un poco de la esencia del bar con casi cien años de historia.
La continuidad de Pinotxo se ha visto comprometida por una disputa familiar
Ubilde también ha expresado la voluntad del mercado de hacerle un homenaje a Juan Bayén, conocido por todo el mundo como Juanito, para agradecerle su trabajo al pie del cañón del negocio durante tantos años. Según ha publicado Nació Digital, el traspaso de Pinotxo ha estado impulsado por una disputa familiar con sus sobrinos, poniendo fin a cuatro generaciones al frente del bar.
I según explica el periódico ARA, Joan se jubiló con 89 años el octubre del año pasado, después de toda una vida dedicada al negocio que inició su madre. Esta hizo un largo camino a pie de Almería a Cataluña, donde empezó a trabajar como vendedora en el mercado hasta que, finalmente, consiguió tener su propia parada.
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